Escribe Gonzalo Civila | Secretario General
“La identidad ‘por excelencia’ es la ‘recuperada’ a través del otro…la identidad tiene el carácter reflexivo de la inclusión de lo heterogéneo.”
Leonardo Samoná, Diferencia y alteridad.
El pasado 28 de abril en La Huella de Seregni presentamos “Izquierda y Libertad”, una corriente de ideas y acción promovida por cuatro organizaciones que integramos el Frente Amplio (Partido Socialista, Partido por la Victoria del Pueblo, Casa Grande y Movimiento Cambio Frenteamplista) y por decenas de personas no sectorizadas de vasta trayectoria en las militancias de los Derechos Humanos, los movimientos sociales, el feminismo, la academia, la cultura, la base del Frente Amplio, los barrios. A esa lista de adherentes se siguen sumando todos los días nuevos referentes que acompañan el proyecto y comparten los contenidos esenciales de un documento sustancioso que desarrolla los fundamentos de nuestra visión de la realidad y propone 11 banderas para su transformación aquí y ahora.
El acto de lanzamiento de “Izquierda y Libertad” sorprendió por la gran afluencia de militantes y por el reencuentro con muchos compañeros y compañeras que depositan expectativas en esta construcción política. Haber contribuido a hacer posible este momento, mojón a mojón, sosteniendo un proceso contracorriente, respetando los tiempos de todos y sin caer en vicios electoralistas, nos llena de alegría.
El Partido Socialista de Uruguay celebrará este año el 113 aniversario de su fundación. Pero incluso antes de ser un Partido constituido orgánicamente, el socialismo uruguayo fue una corriente de pensamiento y lucha, surgida al calor de la organización de la clase trabajadora, de las mujeres que reclamaban igualdad, de inmigrantes e intelectuales consustanciados con la causa de la libertad y la emancipación humana.
Las múltiples crisis que ha atravesado nuestro Partido han ido también configurando su identidad. La crítica a todos los imperialismos, un enfoque radical de la cuestión democrática, el latinoamericanismo, la primacía de una perspectiva autogestionaria y descentralizadora respecto de una estatalista y concentradora, o más recientemente la explicitación de los límites de los progresismos, ilustran esta afirmación.
En distintas circunstancias históricas el Partido, garantizando siempre su continuidad institucional, apostó a la transversalidad, retomando algo característico de su proceso fundacional: el dinamismo propio de las corrientes de ideas y acción que no se agotan ni se resumen en una única organización política.
Hoy la apuesta que realizamos junto con otras y otros es la de aportarle al Frente Amplio y al conjunto de nuestro pueblo un espacio enfocado en la construcción de un proyecto de sociedad, un revulsivo ideológico, un canal de participación. Lo hacemos impulsando una corriente socialista, autogestionaria, emancipatoria, democrática, feminista y ecologista, que realice propuestas audaces, que ponga en discusión los problemas estructurales del país y que no deje de denunciar las matrices de dominación del capitalismo, el patriarcado, el imperialismo, el racismo, el autoritarismo.
Lo hacemos reivindicando el valor de la libertad, entendida como construcción colectiva y atributo de la dignidad humana, frente a una derecha que deforma y utiliza esta palabra para legitimar el dominio del capital y la arbitrariedad de “los más fuertes”.
Lo hacemos, como dice el Documento Fundacional, buscando “apuntalar las praxis transformadoras que se proponen construir una sociedad de personas libres, iguales y solidarias”, rescatando el protagonismo de la sociedad frente al poder enquistado de cualquier burocracia, convencidos y convencidas del poder transformador de la gente común.
Vamos por vida digna y por cambios profundos, confiando en la pluralidad de ideas y colectivos, y en el ancho cauce del socialismo uruguayo que, afirmando su vocación unitaria, reconoce el aporte específico que tiene para hacer en este momento histórico de la vida del país y del mundo.
Con otras y otras construimos, potenciamos y enriquecemos nuestra identidad. Con otras y otros, haciendo las cosas de otro modo, haremos nuestro aporte para construir lo nuevo, convocándonos a la esperanza.