Rendición de Cuentas, “Modelo de la Desigualdad”

Escribe: José Nunes / Senador PS-FA

Fragmento de la intervención en la Rendición de Cuentas como informe en minoría

La bancada del Frente Amplio no va a votar el Proyecto de Ley de Rendición de Cuentas, en tanto entiende que el mismo es expresión de una política de gobierno que hemos caracterizado como el “Modelo de la Desigualdad”, un modelo que además de injusto, ha deteriorado las condiciones de vida de la población -notoriamente en algunos sectores-, erosiona nuestras posibilidades de desarrollo futuro, la calidad de nuestras instituciones y la soberanía nacional.

¿Por qué Modelo de la Desigualdad?

El gobierno informa que en el año 2022 el PBI tuvo, con relación al año 2021, un crecimiento de 4,9%, y su valor se ubicó en 2.930.701 millones de pesos o 71.177 millones de dólares. Si estos datos se comparan con el año previo a que asumiera este gobierno, tenemos que el PBI estuvo un 3,5%  -un poquito más en realidad-, por encima en el 2022. Esto es, el año 2022 fue el año en el que el país produjo más riqueza desde que se lleva el registro, superando al 2019 que hasta ahora se ubicaba en ese lugar en un 3,5%. Según la información del MEF, a valores corrientes, la riqueza de más que se generó en el país en el año 2022 con relación al 2019, fue de 9.946 millones dólares.[2][3]

Esto es, la torta creció, ¿pero cómo se repartió?

Pues bien, surge claro de los números que se repartió desigualmente. Mientras la riqueza que se produjo en el país en el 2022 creció 4,9% con relación al año anterior y se situó un 3,5% por encima que en el 2019, el salario real promedio en el 2022 se situó un 0,56%[4] por debajo del de 2021. El gobierno informa que hubo una recuperación del 1% -0,7% para los funcionarios públicos y 1,2% para la actividad privada- con relación a 2021 porque toma los valores a diciembre 2022 y compara con diciembre de 2021. Por otra parte, las jubilaciones y pensiones, luego de dos años con aumentos por debajo de la inflación -enero 2021 y enero 2022-, tuvieron recién un aumento 1,4% superior a la inflación en enero de 2023, por lo que siguen muy por debajo de su valor real en el 2019.

Se ha sostenido que esa caída del salario real con relación al crecimiento de la riqueza se compensa con la creación de puestos de trabajo, pero eso es parcialmente correcto, puesto que si bien es cierto que el incremento del empleo en el 2022 supuso un crecimiento de la “masa salarial”, si tomamos como referencia el año 2019, tenemos que:

-El Salario real medio en el 2022 todavía se ubica en 3,7% por debajo que en el 2019.

-En enero de 2023, con el ajuste correspondiente, las pasividades quedaron un 1,9% por debajo de su valor en enero 2019.

-Y la “masa salarial”, en el 2022 estaría un 2% por debajo de lo que era en el año 2019.

Estos datos generales, promedios, se traducen con más claridad y crudeza ante algunas situaciones concretas, menciono dos de ellas, la situación de los trabajadores con salarios sumergidos y los hogares y personas que se encuentran por debajo de los niveles de pobreza.

El informe sobre ingresos del Instituto Cuesta Duarte para el año 2022, nos dice que 549.000 personas, la tercera parte de todas las ocupadas, percibieron ingresos por debajo de los $ 25.000 líquidos al mes, y que de entre ellos, 173.000 -11%- no alcanzaron los $ 15.000 mensuales.[5] Además, pese a que en el país hay más riqueza, hay 100 mil trabajadores más que en 2019 con salarios sumergidos.

Los datos del INE, nos dicen que la pobreza en el 2022 alcanzó al 6,9% de los hogares y al 9,9% de las personas (más de 350 mil uruguayas y uruguayos), ese valor significó una leve mejoría con relación al 2021, pero estuvo significativamente por encima -fue un 12,5% mayor-, que el mismo indicador en el 2019, o sea, en el 2022 hubo unas 42 mil personas más bajo la línea de pobreza que en el 2019. Lamentablemente, las estadísticas del primer semestre de este año 2023 nos dicen que la pobreza alcanzó en ese período al 10,4% de la población del país, lo que supone un crecimiento significativo con relación al último semestre del 2022 donde había estado en el 9,1%. Es cierto que no corresponde comparar distintos semestres, pero el dato nos confirma que no se logra traducir el crecimiento económico en una política consistente de reducción de los niveles de pobreza en el país.

No puedo dejar de mencionar entre las consecuencias nefastas del modelo y los fracasos del gobierno en el tema de la pobreza, la situación en la primera infancia, donde, pese al crecimiento económico verificado en el año 2022, y a que el gobierno dispuso de un incremento de recursos de 2.117 millones pesos, se verificó un nuevo incremento de las niñas y niños menores de seis años en situación pobreza, guarismo que se ubica hoy un 16% por encima que en el 2019.

Volviendo al modelo de la desigualdad, tenemos que en el 2022 el país fue más rico que en el 2019, pero las trabajadoras, trabajadores, jubilados y pensionistas, esto es, la gran mayoría de la población, fueron más pobres.

¿A dónde fue ese crecimiento de la riqueza producida en el país, que como vimos sumariamente, no fue a los bolsillos de las y los trabajadores?

Pues bien, de los datos que surgen de los informes de rendición de cuentas, este y los anteriores, sabemos que no fue para la Educación Pública, porque el recorte acumulado por los años 2020, 2021 y 2022 fue de 222 millones de USD para la ANEP, particularmente en primaria y secundaria; y de 81 millones de USD para la UDELAR. También sabemos que no fue para los servicios públicos de Salud, porque ASSE tuvo en el mismo período un recorte de 94 millones de dólares. Tampoco fue para la atención a niñas, niños y adolescentes, porque INAU e INISA sumados tuvieron un recorte de 80 millones de USD en el mismo período. El MIDES tampoco fue beneficiado ya que tuvo un recorte de 32 millones de dólares, El Ministerio de Vivienda, por otro lado, tuvo un recorte 53 millones, y el Poder Judicial, tuvo un recorte de 108 millones de dólares.

Esto es, en estos tres primeros años el gobierno ha recortado en los organismos que he mencionado 664 millones de dólares[6]. Un recorte que comenzó en el 2020, que se sostuvo en el 2021 pese al inicio de la recuperación económica, que también se sostuvo en el 2022, a pesar que como dijimos antes y surge de los datos oficiales la riqueza producida en el país fue superior a la del año 2019.

Y por supuesto que está bien ahorrar, pero una cosa es ahorrar y otra cosa es recortar recursos que repercuten en el deterioro de los servicios, y eso es lo que ha pasado en estos años, con la falta de medicamentos en hospitales y policlínicas dependientes de ASSE, el no cumplimiento de los compromisos en material de construcción viviendas y de atención al problema de los asentamientos irregulares, y tantos otros ejemplos que podríamos mencionar. Y está claro que el deterioro de las prestaciones que brinda el Estado nos afecta a todos y todas, pero particularmente a quienes tienen menores ingresos, y no pueden por la vía privada procurarse los servicios que debe brindar el Estado.

¿A dónde fueron entonces los miles de millones dólares más de riqueza producida en el país por sobre la producida en el 2019, que no fueron ni a mejorar los ingresos de la mayoría de la población ni mejorar la calidad y cantidad de los servicios públicos?

Bueno, tampoco fueron a cancelar o reducir la deuda pública porque, como nos informó la Ministra de Economía, en el 2019 la deuda neta representaba el 44,6% del PBI, lo que equivale a USD 27.309 millones, y en el 2022, la deuda neta representa el 53,3% del PBI, lo que equivale a USD 37.937 millones. Esto es, la deuda ha crecido en USD 10.628 millones y como porcentaje del PBI en casi un 9%.

En resumen, el informe que nos brinda el gobierno sobre los primeros tres años de su gestión nos dice que el país produce más riqueza, las grandes mayorías son más pobres, las entidades públicas que brindan servicios fundamentales para la población tienen menos recursos, y todas y todos los uruguayos tenemos una deuda mayor.

Sin embargo, la pregunta sigue estando pendiente, ¿A dónde han ido a parar esas riquezas de miles de millones de dólares más que se ha generado en el país en el año 2022?

La verdad que no tengo las respuestas, sabemos a dónde no fue, pero a dónde fue no tanto. El siguiente fragmento de “Actividad económica y depósitos del sector privado – de la Comisión Técnica Asesora de AEBU, de abril 2023”, nos puede dar algunas pistas, dice el informe: “Las colocaciones crecieron US$ 9.000 millones entre diciembre 2019 e igual mes de 2022, a su vez el 55% del crecimiento total se explica por las cuentas de más de un cuarto millón de dólares. Si se consideran las cuentas que tienen más de US$ 100.000, estas explican el 75% (del crecimiento). Lo cual denota la fuerte concentración detrás del incremento récord en las colocaciones. Mientras que, las cuentas de menos de US $5.000, que se podrían asimilar a las “cuentas sueldo”, explican el 1,5% del aumento en los depósitos desde el inicio de la pandemia… Esto muestra un proceso acelerado de concentración de la riqueza en el sistema financiero, aún en contextos adversos de la economía, reflejado en el comportamiento de las cuentas bancarias con mayores fondos, que crecieron cuatro veces más que las cuentas menores… En un contexto económico como el que se describió en el documento, la política pública es un aspecto clave para incentivar el “derrame” de algunos sectores que pudieron ahorrar en la expansión económica sin que el contexto los lleve a incrementar niveles de inversión o salarios, lo que hubiese impactado positivamente en el resto de la economía, al incrementar por esa vía los ingresos de los hogares y estimular el consumo”.

Sigo con el informe de la misma Comisión, Primer semestre de 2023, rentabilidad de los bancos: “El stock de depósitos encuentra un récord una vez más desde que hay estadísticas disponibles, a pesar de que se enlenteció su crecimiento con respecto a lo que se venía observando, principalmente en los depósitos en moneda extranjera…Con ese desempeño, el volumen de negocios del sistema bancario creció un 7,3% en los primeros seis meses del año. Si bien se desaceleró el crecimiento que había mostrado en los últimos años, con tasas de dos dígitos, igualmente se expande a un muy buen ritmo de 7,9% interanual, medido en dólares… En cuanto a los resultados, en total el sistema bancario obtuvo US$ 572 millones de ganancias en los primeros seis meses del año, una cifra que supera lo acumulado en todo 2022…Despejando del resultado la diferencia que provoca el tipo de cambio en la valuación de los activos y pasivos, que genera una distorsión contable en su resultado, las ganancias son aún más destacadas. En el primer semestre (del 2023), los bancos privados acumularon US$ 321 millones de ganancias, unos US$ 253 millones más que en el mismo periodo del año anterior. Esto representa el mejor nivel de ganancias desde que hay estadísticas disponibles.

¡Los uruguayos somos más pobres, pero los bancos son más ricos!

Sin duda que este informe nos da pistas sobre a dónde fue a parar esa riqueza de más generada en el 2022, pero no nos da todas las respuestas. En nuestro país cuando hay un conflicto gremial se publican en los diarios los salarios de los trabajadores, y si hay algún obrero que gana más de cien mil pesos aparecen voceros que ponen el grito en el cielo intentando enfrentar trabajadores contra trabajadores (o pequeños productores). Sabemos dónde viven, qué comen, cuánto ganan los que menos tienen, pero poco sobre los que tienen más -los malla oro del Presidente- que son quienes acumulan grandes ganancias, en tiempo de vacas gordas…pero también en tiempos de vacas flacas, como pasó aquí en nuestro país durante la pandemia y surge claro con los informes sobre depósitos bancarios. Si buscáramos ahí seguramente encontraríamos el destino de esa riqueza que forjan muchos pero disfrutan pocos, a los que este gobierno no les exige los mismos sacrificios a la gran mayoría de la población.

El Modelo de la Desigualdad que no compartimos es justamente, la política de rebaja de la masa salarial, el debilitamiento de las políticas sociales y de la presencia del Estado en el territorio, la reducción del rol de Estado en la definición de las políticas de desarrollo, el debilitamiento de las Empresas Públicas, la no inversión en ciencia, tecnología, el debilitamiento de la Educación Pública, y eso es lo que expresa esta Rendición de Cuentas.

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[1]La intervención tuvo algunos agregados y supresiones.

[2]Exposición de Motivos, RdeC 2021 y 2022.

[3]Estimado el crecimiento a valores constantes tendríamos que la diferencia está en el entorno de los 2.406 millones de USD.

[4] 0,53% en los privados y 0,62% los públicos.

[5]Junio 2023, Ingresos – Instituto Cuesta Duarte.

[6]Los datos expuestos en este punto son producto de un trabajo realizado por el Econ. Daniel Olesker.