Escribe Secretaría de Comunicación PS
En la mañana del 30 julio de 2024, se realizó un nuevo hallazgo en el Batallón de Infantería No. 14, un lugar emblemático de la represión durante la dictadura militar en Uruguay. Allí, dónde exiliados uruguayos denunciaron que «sus integrantes utilizan, como los marines norteamericanos, cuerdas para atar a los detenidos, escalar paredes, y también torturar». Restos óseos de una persona que fue secuestrada y torturada fueron descubiertos a metros de donde se halló el cuerpo de Amelia Sanjurjo en 2023, el de Ricardo Blanco encontrado en 2012 y el de Julio Castro en 2011. Este hallazgo ha reavivado el doloroso recuerdo de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.
La identificación de estos restos humanos es un paso crucial en la búsqueda de memoria y justicia, aportando evidencia de las violaciones a los Derechos Humanos que se perpetraron en ese oscuro período de la historia de nuestro país, así como proporcionar respuestas a las y los seres queridos que han estado esperando décadas para obtener claridad sobre el destino de sus familiares desaparecidos.
El descubrimiento subraya la necesidad de continuar con la investigación de los crímenes de lesa humanidad y la identificación de los responsables. Para las familias de las víctimas y las y los sobrevivientes de la dictadura, el hallazgo representa un avance en la búsqueda de esclarecimiento de los sucesos de aquellos años. La memoria de las víctimas y la justicia para aquellos que sufrieron bajo el régimen militar son esenciales para fortalecer la democracia y asegurar que los Derechos Humanos sean respetados en el presente y en el futuro.
Este hallazgo también pone en la mesa la importancia de los esfuerzos de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, organismos de Derechos Humanos y las instituciones encargadas de la búsqueda de la verdad. Mientras que el país avanza en el proceso de reconstrucción de la memoria, estos descubrimientos juegan un papel fundamental en el proceso de curación colectiva y en la garantía de que las atrocidades del pasado no se vuelvan a repetir.