Escribe Pablo Fuentes | Diputado PS-FA
En estas últimas horas hemos leído en diferentes medios de prensa, declaraciones del coterráneo Ministro de Ambiente, Robert Bouvier diciendo: “Si vamos a puntos técnicos, el agua en estas condiciones no es potable, pero es bebible y consumible”.
Desde que vamos a la Escuela siendo pequeños nos enseñan lo intrínseco del juego de palabras: potable – bebible, agua no potable es igual a no beber.
De estos conceptos entendemos que el keroseno, la lavandina, el agua del Río de la Plata, el aguarrás, etc., etc., no son potables, aunque quizás, a alguien le de por beber algunos de estos elementos y así le irá también.
Las últimas cuatro palabras de la célebre declaración del ministro “…es bebible y consumible” podemos decir que sí, ya que mientras sea líquida es bebible y mientras esté al alcance también es consumible. ¿Saben que también es “bebible y consumible”? El ARSENICO y no por eso lo andamos tomando.
Es una práctica habitual del Gobierno jugar con las palabras y tecnicismos para confundir a la población no solo en este tema sino también en varios.
Volviendo al tema, daremos otro ejemplo: el yogurt vencido hace un mes en la heladera, ¿lo podemos tomar? Sí, ¿te hace bien? NO.
La constitución de la República, en su Artículo 47 dice: “El agua es un recurso natural esencial para la vida. El acceso al agua potable y el acceso al saneamiento, constituyen derechos humanos fundamentales”. Está claro que NO se está cumpliendo con el Artículo de nuestra carta magna.
Ya que, si NO ES POTABLE, incumple no solo un contrato comercial con sus clientes, sino que incumple un mandato constitucional. Por ende, solo por incumplimiento de contrato por no proveer el producto acordado en el mismo, no podrían estar cobrando el agua suministrada.
Por lo cual si esto sigue así por parte de OSE, es de esperar que la factura de del presente mes diga $0.
También percibimos que no hubo comunicación oficial a tiempo sobre los problemas del consumo de agua enmarcado en una campaña de información de bien público como si lo vimos en otras acciones de gobierno como la devolución tributaria (que nos sacaron en pandemia y nos devolvieron ahora) e hicieron mucho ruido mediático publicitando la devolución.
Este Ministerio de Ambiente era recordado en estos tres años de Gobierno por prohibir los sorbitos y nada más, ahora será recordado también por esta frase celebre propia para ser usada en los cuplés del próximo carnaval.
El actual gobierno tuvo una política de recorte desde el 2020 a la fecha en los gastos estatales y decidió jugar todas sus fichas al proyecto Arazatí, costoso y quizás de muy escasa utilidad, en vez de continuar con obras ya aprobadas para aumentar la disponibilidad de agua potable.
Y eso que nos dijeron que eran los mejores cinco años de nuestras vidas.