Parte I
Escribe Shanti Benvenuto
El 28 de abril de 2022, se llevó a cabo un debate político de gran relevancia en Argentina, protagonizado por dos figuras de renombre: Javier Milei y Juan Grabois. Milei, el actual presidente, y Grabois, precandidato derrotado en las elecciones internas. El debate reflejó las profundas diferencias ideológicas y políticas que marcan el escenario argentino actual.
Se realizó en el medio de comunicación Editorial Perfil y fue moderado por su director actual y dueño Jorge Fontevecchia, conocido también por haber entrevistado a figuras como el Papa Francisco, Alberto Fernández, Guillermo Moreno, Carlos Pagni, entre muchos otros.
Recordemos algunos datos de los participantes del debate. Javier Milei, conocido por su postura libertaria, comenzó su carrera “política” como panelista y participante en programas de televisión dedicados al análisis político y la crítica. Su estilo comunicativo, caracterizado por su verborragia y enfoque polémico, lo ha convertido en una figura ampliamente reconocida. Con propuestas conservadoras y perjudiciales para las grandes mayorías ha logrado llevar adelante un proceso de acumulación mediante discursos ultraliberales-conservadores y una concepción ampliamente regresiva en materia de derechos.
Se autodenomina liberal libertario y emergió como candidato en un contexto de fracasos políticos sistemáticos en Argentina. Aprovechando el creciente enojo colectivo, generado por una nación que ha experimentado dificultades económicas.
En su camino hacia las elecciones generales, Milei contó con Victoria Villarruel como candidata a vicepresidenta. Villarruel generó controversia al reivindicar el papel de la dictadura en la historia argentina, demonizando a los colectivos Montoneros y Abuelas de Plaza de Mayo y culpabilizandolos como responsables intelectuales de la violencia durante los años previos al golpe de Estado. Además, se la ha vinculado con visitas a líderes militares tales como Rafael Videla, Presidente de facto en el régimen; Alberto González Menotti, integrante del Grupo de Tareas de la ESMA; el coronel retirado Héctor Girbone, condenado por apropiación y desaparición de niños menores de edad; sumado a esto, está vinculada con la defensa de algunos de ellos.
Otro integrante del equipo de Milei, Ramiro Marra, quien se postuló como candidato a Jefe de Gobierno, generó preocupación debido a su escaso conocimiento sobre las responsabilidades y dinámicas de la actividad pública. Su falta de familiaridad con la historia de su país también ha sido evidente. Además, Marra creó controversia por su postura en relación con la Educación Sexual Integral, así como por sus ataques recurrentes hacia el kirchnerismo, el Frente de Izquierda y los Trabajadores. A ello, se adicionan algunas declaraciones polémicas recientes y el debate de jefes de gobierno en el cual no tuvo grandes intervenciones, y cuyos momentos más reproducidos fueron respuestas de otros candidatos a sus errores técnicos y faltas de respeto.
El candidato a jefe de gobierno comparte con Milei una verborragia pueril que por ejemplo, lo llevó a declarar que el contenido para adultos es un mejor sistema de educación sexual que la actual ley de educación sexual integral. Asimismo, en campaña no dejó de repetir las intenciones de su espacio de implementar una venta masiva de empresas públicas como son la TV Pública; Pakapaka, etc.
Por otra parte, Juan Grabois es un abogado y dirigente social argentino conocido por su activismo en temas relacionados con los derechos humanos, la justicia social y los movimientos populares.
Es fundador y líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), una organización que representa a trabajadores informales y lucha por sus derechos y condiciones laborales. También ha estado involucrado en la organización de movimientos de base, como el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que aboga por los derechos de los trabajadores informales y marginados.
Reconocido también por la promoción de la economía solidaria ha sido crítico de políticas económicas que considera perjudiciales para los sectores más vulnerables de la sociedad y ha abogado por la reforma agraria y la redistribución de la tierra.
Recientemente logró llevar adelante en conjunto con aliados estratégicos como Wado de Pedro, Axel Kicillof y Paula Abal Medina una estructura que busca responder directamente a la raíz de algunos de los problemas argentinos.
Al mismo tiempo, es uno de los fundadores del Frente Patria Grande, un sector de Unión por la Patria que fue el encargado de llevar a la diputación a la joven dirigente política Ofelia Fernandez. En el año 2023 se presentó para la internas de Unión por la Patria en oposición a Sergio Massa, resultando perdedor. Aun así, logró generar una alternativa popular y progresista en su partido político, logrando recolectar un 5.85% de los votos -un aproximado de 1 millón y medio de votos- junto con su compañera de fórmula Paula Abal Medina.
Los últimos meses de Juan Grabois estuvieron enfocados en promover un proyecto de país alternativo que aspire a restaurar la seriedad en la militancia política y, al mismo tiempo, trabajar para que la población recupere la confianza en los sistemas democráticos. Su mirada se centra en la necesidad de revitalizar la participación cívica y política, así como en abordar las preocupaciones y desafíos que han atacado directamente la confianza en la política y en las instituciones democráticas.
Juan Grabois presentó un “Plan de Desarrollo Humano Integral”, una perspectiva macroeconómica que pretende servir como una transición alejada del proceso de capitalización que se está llevando a cabo a nivel mundial. Grabois, conocido por su enfoque humanista y progresista, tiene la visión de una Argentina que fomente el desarrollo interno y mejore la calidad de vida de las clases más marginadas.
Una de las metas centrales de este plan es avanzar hacia un sistema impositivo que se asemeje al de Noruega, lo que permitiría una mejor financiación de las instituciones públicas y servicios sociales. El plan busca reducir la dependencia de Argentina de las importaciones y promover la inversión en la producción nacional.
El principal objetivo es la mejora de la calidad de vida de las clases más desfavorecidas a través de políticas de bienestar social, acceso a la educación y atención médica, y la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Entrando en lo que fue el debate, nos encontramos varios ejes temáticos sobre los que se habló en el mismo.
Eje temático I: El futuro del trabajo
¿Cómo imaginás el futuro del trabajo, y trascendiendo a la Argentina, a nivel global? ¿La robotización puede hacer innecesario el trabajo de una enorme cantidad de personas?
Juan Grabois comenzó hablando sobre la exclusión laboral y la propuesta del salario universal, y lo citó pues su intervención es magnífica “…El salario básico universal es una herramienta fundamental para resolver uno de los aspectos de la exclusión social, que es el ingreso de los que no tienen un ingreso estable, que es tener una mínima estabilidad para poder planificar un poquito tu vida, para poder liberar un pedazo de la capacidad cognitiva y creativa del ser humano, que cuando está puesta en función de la subsistencia se concentra en ese objetivo y no puede mirar más allá…”
A esto suma la exclusión del mercado inmobiliario, donde varios Argentinos jóvenes se ven presionados a continuar viviendo con sus padres o condenados a pagar alquileres que representan gran parte de su sueldo y que son ajustados por una inflación que condena a trabajadoras y trabajadores, esto en respuesta a la teoría económica de que tanto el trabajo como el mercado es autorregulado en términos de competencia plena. “…Desde nuestra perspectiva, en el mercado no entran todos, en algún momento eso pudo ser así, y no creemos que eso vaya a suceder nunca con las reglas de juego actuales, ni el mercado laboral, ni en el mercado inmobiliario…” “…No gobernaría el mercado sino el ser humano, porque el mercado no es humano. Es decir, el ser humano adquiriría la capacidad de proyectar y planificar colectivamente su destino, garantizando la libertad de cada cual, pero garantizando los derechos elementales de tierra, techo, trabajo y alguno que otro más. Eso hoy no sucede…”
Sobre este eje temático la intervención de Milei resaltó por su alto contenido teórico. Sus argumentos fueron planteados por medio de la utopía de plena competencia laboral en una sociedad completamente libertaria, según él los seres humanos han de tender a mantener un equilibrio laboral que les permita dedicarse a mejorar los sectores de la economía que sean más convenientes para el individuo y a la vez trabajar para poder subsistir “…ganás ese dinero, podés reinvertirlo y vas a estar generando puestos de trabajo en tu propia empresa, aumentás más la oferta y beneficiás a una mayor cantidad de personas con un mejor producto de mejor calidad, además ese ahorro les va a permitir consumir otros bienes. La otra alternativa es que esos beneficios que generás los ahorres, así lo que estás haciendo es generar inversión en otro lugar de la economía, por lo tanto, se están generando puestos de trabajo en otra parte de la economía…”
Estas declaraciones fueron enunciadas en el marco de una concepción hegemónica capitalista que perpetúa la desigualdad. La acumulación de capital y la inversión no están disponibles para todos por igual, lo que crea un desequilibrio de poder económico. Aquellos con mayor capital tienen una ventaja significativa sobre aquellos que no lo tienen, esta desigualdad estructural lleva necesariamente a una situación de explotación económica.
En respuesta a la propuesta de Grabois sobre el salario básico universal, el candidato le responde que si los individuos se desentienden del mercado este se derrumbaría por la falta de producción. “…la realidad es que cuando llegó la Revolución Industrial en el mundo había cerca de 1.000 millones de seres humanos, Por lo tanto, si aun en el mejor de los mundos se pudieran haber retenido los empleos que había en ese momento, siendo que hoy en el mundo viven 7.800 millones de seres humanos, la tasa de desempleo sería del 87,5%…” “…si tenés garantizado tu ingreso, tu problema es que te podés desentender del mercado y si esa conducta la llevamos todos al unísono, derrumbarías la producción del sistema y quedaríamos todos en la miseria…”.
En su ideología liberal no cabe el concepto de cooperación y desarrollo colectivo. A diferencia de esto las y los socialistas creemos que el énfasis no recae en que el individuo se desentienda del mercado, sino en la transformación de las estructuras económicas y sociales para garantizar una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos. Es decir, superar la explotación y la desigualdad generadas por el capitalismo.
Para complementar a lo anteriormente dicho, anexo otra intervención de Milei que retoma sobre el mercado y su supuesto desmoronamiento,“…el problema es que si dedicara todo el tiempo a las cosas que me gusta hacer, no generaría ingresos..”
Las intervenciones de Milei tienden a idealizar el mercado, lo que a menudo no se ajusta a la realidad en función de la evidencia histórica que muestra la existencia de explotaciones laborales sistemáticas y la acumulación de riqueza en manos de unas pocas grandes familias.
Ante esto Juan Grabois agrega una consideración importante que pretende desarmar la utopía liberal de la que habla Milei, “…nadie resolvió nunca nada prendiendo fuego a una máquina, pero a veces las formas de expresión, de la desesperación, de la falta de visión de un proyecto de vida, si no hay mecanismos sociales para que las expectativas de los desesperados encuentren un cauce en la esperanza, eso termina en violencia y en la destrucción de lo que se pretende preservar, que es, por ejemplo, la propiedad. Entonces, para poder garantizar la vida, la libertad y la propiedad, tiene que haber esperanza y un umbral mínimo de dignidad para todas las personas…”. El planteamiento de Juan pone de manifiesto dos cuestiones difíciles de eludir. En primer lugar, destaca la importancia de abordar las desigualdades y encontrar soluciones que no dependan de la explotación y la precarización laboral. En segundo lugar, subraya la necesidad de dignificar la vida, algo que resulta imposible si se priorizan lógicas donde la producción y la ganancia se anteponen al bienestar y la dignidad laboral.
En contraposición al segundo punto de Javier sobre la autorregulación del mercado, Juan propone abogar por una perspectiva más humana en la que se reconozca que cualquier avance significativo en materia laboral debe centrarse en mejorar las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto, en contraposición a una visión mercantilista que prioriza el beneficio económico por encima de todo, “…gracias a la lucha de los trabajadores, ese trabajo está regulado, acá y en todo el mundo, por leyes que son más o menos protectoras, pero que en definitiva establecen salarios mínimos, jornadas máximas. Porque en los albores de la industrialización la jornada de trabajo era de 14 o 16 horas en situaciones de explotación extrema…” “…otras formas de explotación que tendieran a maximizar los beneficios de los propietarios del capital a costa de lo que fuera, porque el mercado y la lógica del capital no son humanos…”. El sistema capitalista es el principal generador de desigualdades estructurales en la distribución de la riqueza y poder.