Escribe Nicolás Wirgman | Frente Diverso y Disidente – JSU
En junio se celebró el mes del orgullo LGBTIQ+.
El mes del orgullo LGBTIQ+ nació de la necesidad de visibilizar las brutales consecuencias en la vida de las personas disidentes de la cis-heteronorma por la discriminacion y el odio, de reivindicar la diversidad de formas de ser humano y de luchar para dignificar nuestras existencias.
Si bien esto se celebra como una extensión del Día del Orgullo, que se conmemora el 28 de junio por ser la fecha en la que en 1969 ocurrió la revuelta de Stonewall, lo que esta columna busca es -sin menospreciar la relevancia de este hito tan icónico para nuestros tiempos- presentar algunos antecedentes previos a este famoso suceso.
Pero primero, ¿Por qué Stonewall?
El 28 de junio se ha construido como un hito de origen de la lucha por la liberación LGBTIQ+, debido a los sucesos ocurridos la noche de 1969 en el distrito de Greenwich Village en Manhattan, tras una de las cotidianas redada policiales al bar gay Stonewall Inn, en el contexto de una fuerte criminalización, represión y persecución a las personas disidentes marginalizadas.
Esa noche, la brutalidad policial fue extremadamente mayor a la habitual y la respuesta fue una auténtica insurrección, según cuentan la leyenda, la chispa que encendió la resistencia fue la arenga de Marsha P. Johnson, mujer trans afroamericana, mientras estaba siendo golpeada. Fueron más de tres horas de un violento enfrentamiento que resultó con la humillante retirada de la policía derrotada por cientos de “inmorales”. Este fue un auténtico punto de inflexión en la manera de organizar la resistencia y lucha de la comunidad LGBTIQ+ en el último tramo de los agitados años 60 en los Estados Unidos. Esta fecha fue conmemorada al año siguiente con una gran manifestación callejera configurando la primera Marcha del Orgullo, en reclamo y lucha por nuestros derechos.
El temprano rol del Socialismo en la Lucha por los Derechos LGBTIQ+
Podemos trazar un punto de inflexión entre la persecución de la “sodomia” en la edad media, que era castigada con pena de muerte, con las Revoluciones burguesas del siglo XVIII, ya que estas despenalizaron la homosexualidad en sus nuevos Códigos Penales, como es el caso de la Revolución Francesa y su Código Penal adoptado en 1791 por la Asamblea Constituyente.
Pero el devenir conservador de los revolucionarios burgueses, con sus alianzas para defender los intereses de terratenientes, el clero y la monarquía, hizo que se abandonaran progresivamente las demandas democráticas como la república, el sufragio universal, la igualdad jurídica y política de la mujer, la separación de la iglesia y el Estado, la despenalización de la homosexualidad, entre otras.
En ese contexto y tras el crecimiento de las organizaciones de obreros marxistas y partidos socialistas en Europa, es que estos nuevos actores recogen dichas reivindicaciones, ejemplo de ello es el del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que en alianza con el Comité Científico-Humanitario del Dr. Magnus Hirschfeld lucharon incansablemente desde 1898 por la vía legislativa para la eliminación del Párrafo 175 del Código Penal alemán, el cual castigaba la homosexualidad. Así como la adopción del primer Código Penal de la Revolución Bolchevique en junio de 1922, que despenalizó la homosexualidad en la Rusia soviética de Lenin, llegando a tener registros de 1923 del reconocimiento legal por parte del Comisariado del Pueblo de Justicia del primer matrimonio entre dos mujeres.
Aunque luego, los derroteros de la historia occidental sumergieron al mundo en épocas muy oscuras donde el fascismo primero y luego la agenda conservadora enterraron las magras conquistas de principio de siglo XX
Desde de 1933 Alemania paso a estar bajo el régimen nazi liderado por Adolf Hitler, el cual tuvo una clara politica de persecución a la homosexualidad y transexualidad.
Durante la guerra fría, tanto la República Democrática (RDA) como la República Federal (RFA) Alemana mantuvieron la penalización, y no fue recién hasta el año 1998, posterior a la reunificación alemana que el párrafo 175 fue derogado completamente del Código Penal alemán.
También la Rusia soviética sufrió cambios internos con la llegada de Iosef Stalin al poder, quien dio marcha atrás en la agenda de reconocimientos de derechos tempranos de la revolución, volviendo a penalizar la homosexualidad en 1934. Esta prohibición duró hasta 1993 con la administración anti revolucionaria de Boris Yeltsin, hasta que nuevamente a partir de 2013 debido a las alianza de Vladimir Putin con la Iglesia Ortodoxa rusa comenzó un nuevo retroceso que se mantiene hasta nuestros días.
Es importante conocer y recuperar estas experiencias, reconocer que el vínculo entre el socialismo y la lucha LGBTIQ+ tiene antecedentes muy tempranos a pesar del devenir conservador posterior y la persecución de cierta izquierda a las disidencias, además de contribuir a desmitificar el relato de que todo comenzó en 1969 con los movimientos estadounidenses.
La crisis civilizatoria del modelo capitalista en la cual estamos inmersos configura nuevamente un escenario alarmante, las extremas derechas crecen y las agendas conservadoras avanzan, poniendo en riesgo muchas de nuestras conquistas y en cuestionamiento de los derechos adquiridos. Este es un pequeño recordatorio de que no podemos dejar de estar alertas y organizades defendiendo nuestro derecho a existir dignamente en libertad.