Escribe Shanti Benvenuto | CS Paso de los Toros
Santiago Caputo
Desde la asunción presidencial de Javier Milei, la discusión en Argentina se ha centrado en la construcción política del actual mandatario. Es de conocimiento público que La Libertad Avanza (LLA) logró su victoria con los votos de Juntos por el Cambio (JxC), más específicamente con el apoyo de Propuesta Republicana (PRO), el partido liderado por Mauricio Macri. Sin embargo, los armados provinciales y políticos de LLA son débiles, y el nivel de experiencia y capacidad de sus dirigentes está muy por debajo del que poseen el PRO, el Radicalismo (UCR), la Coalición Cívica (CC), y las diversas facciones del peronismo (UxP). Ante esta situación, Milei se vio obligado a recurrir a políticos de otros sectores para completar su equipo de gobierno, como Daniel Scioli, Luis Petri, y Guillermo Francos.
El caso de Guillermo Francos, un peronista de derecha asociado al menemismo y a Alzogaray, ejemplifica lo que Milei necesita a nivel político, un hombre con la capacidad de formar equipos y gestionar la política interior del Gobierno, así como las relaciones con las provincias. Inicialmente, Francos se desempeñaba como Ministro del Interior, pero tras la renuncia de Nicolás Posse a la Jefatura de Gabinete, así como de varios funcionarios en la AFI, YPF y otras secretarías menores de inteligencia y seguridad, Francos asumió la jefatura de Gabinete con el objetivo de moderar la política interna de LLA.
La renuncia de Nicolás Posse, entonces un amigo íntimo de Javier Milei, fue impulsada por la «mesa chica» del Gobierno, integrada por la Secretaria de Presidencia, Karina Milei, y por el asesor presidencial y jefe político en las sombras de LLA, Santiago Caputo. La relación filial entre Santiago y el Ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, es una de las razones por las que el proyecto político actual no ha fracasado. Santiago Caputo, conocido como un «monje negro», es el principal responsable de la política en redes sociales del gobierno y de la coordinación política interna.
Además, Caputo y Karina Milei tienen una relación muy tensa con el expresidente Mauricio Macri. En su reaparición pública, Macri culpó a la «mesa chica» del Gobierno por los problemas internos de Milei. Macri tiene grandes intereses en este Gobierno, citando, Iván Schargrodsky, el gobierno de Milei es la continuación de la política económica de Macri, pero sin frenos ni intención de detenerse. En uno de sus artículos, Schargrodsky argumenta que la supuesta «bondad» de Macri al intervenir en el Gobierno de Milei para «ayudar» es una fachada, ya que dentro de las virtudes de Macri no se encuentra la bondad, lo mismo que se aplica a Santiago Caputo.
Caputo, como asesor, es el encargado actual de los servicios de inteligencia y comunicación del gobierno, principalmente de la reestructuración de la SIDE, financiada con 100 millones de dólares, y de los trolls y periodistas del Gobierno. Esta decisión no es azarosa en absoluto. La misma metodología de espionaje e intervención de celulares utilizada por Macri es replicada por Caputo, lo mismo aplica para la comunicación de gobierno, el ex jefe de gabinete Marcos Peña realizaba las mismas tareas de coordinación y comunicación de cara a sostener una narrativa. Macri puede aceptar una copia barata de su estrategia, pero no una mejor, es por esto que abierta la interna del Gobierno los enfrentados son Macri y Caputo. Aunque LLA necesita de Macri, dado que los armados del PRO son cruciales para un triunfo en las elecciones legislativas de 2025, Macri no tiene ninguna intención de fusionarse con LLA y cederle el voto antiperonista.
El PRO, como partido, tiene la capacidad de controlar muchos nodos de poder en las provincias. Subestimar a Macri en un enfrentamiento político es apostar al caballo perdedor, ya que su poder no solo es político, sino también económico. Caputo es consciente de esto, y en una entrevista con Manu Jove para TN, elogió a Macri por ser el puntapié inicial de la transformación cultural de Argentina.
Por otro lado, Victoria Villarruel, actual vicepresidenta y gestora de un sector de LLA, está gravemente enemistada con la «mesa chica» del Gobierno. Incluso antes de la victoria presidencial, circulaban rumores de una alianza tácita entre Villarruel y Macri, previendo un inminente fracaso del Gobierno. En este contexto, Villarruel y Macri están preparando equipos para una posible toma de poder del PRO y su sector en caso de una renuncia de Milei. Esta enemistad afecta la estabilidad del Gobierno a corto plazo, como se evidencia en la exclusión de Villarruel de las reuniones de gabinete.
Problema que no ayuda a la estabilidad del Gobierno a corto plazo, pues tanto la ministra de Capital Humano Sandra Petovello, quien se ha negado a entregar los alimentos que tienen incautados desde hace 5 meses, como “Toto” Caputo dependen directamente de los resultados anuales de inflación, pobreza, desempleo y déficit fiscal para terminar el año en la silla que ocupan. Sumado a esto la diferencia de Macri con los ministros Bullrich y Petri, a quien él considera traidores y oportunistas, género una desestabilización puertas adentro del PRO donde los dos candidatos a presidente Larreta y Bullrich fueron expulsados por Macri por no seguir sus órdenes o cumplir con sus expectativas.
Caso Alberto Fernandez
La semana del 8 de agosto, en el marco de una investigación relacionada con la secretaria del expresidente Alberto Fernández, salió a la luz una información impactante: la secretaria recibía mensajes de la entonces primera dama, Fabiola Yañez, en los que ella relataba los maltratos y la violencia que sufría a manos de su esposo en ese momento.
Dada la delicadeza del caso, es fundamental aclarar dos puntos:
Primero, la violencia machista y patriarcal atraviesa todos los partidos políticos; nadie está exento de tener un violento entre sus filas. La única manera de combatir este problema es enfrentarlo desde la raíz, una discusión que el colectivo feminista viene sosteniendo desde hace mucho tiempo.
Segundo, la justicia comenzó a actuar sobre el caso la mañana del 8 de agosto, tras recibir la denuncia formal de Fabiola Yañez. En ese momento, se procedió a utilizar el material extraído del celular de ella y de la secretaria personal de Alberto Fernández para avanzar en la investigación. El material revelado la noche del 8 de agosto incluye fotos de Yañez con moretones y mensajes de Alberto Fernández que evidencian manipulación mediante herramientas de violencia psicológica.