Escribe Liliana Queijo Senadora Suplente PS-FA
Como en las telenovelas, el tiempo electoral profundiza la competencia entre democracia la buena y su melliza mala: demagogia. Un ejemplo actual se da en nuestro país donde todos los líderes políticos en un impredecible renacimiento de la memoria se acordaron de niños y adolescentes y se declaran conmovidos por su situación. Porque parecería que cuando se trata de la infancia y adolescencia no pueden existir intereses que no se resignen en función de su bienestar.
A la vez florece un inesperado sentido común, que promueve la idea de que los derechos y el valor de los humanos, es reconocido igualmente por todos desde una mirada que nos hermana y, que terminará por sí misma con la sociedad de injusticia y la perimida noción de la desigualdad social y las clases.
En ese marco se instala el discurso de que hay que elaborar propuestas para el salvataje de niños y adolescentes a través de Políticas de Estado. Políticas que consideramos necesarias para lograr estabilidad en la sociedad, que trascienden los gobiernos, y que van más allá de los intereses partidarios a los que se renuncia frente a los grandes objetivos.
Sin embargo, la realidad demuestra que esto no pasa de ser una fantasía, alimentada en parte desde una mirada naif y desideologizada de la política o por quienes usan a los niños, sus carencias y dolores con interés electoral a la vez que responsabilizan por engendrar una brecha imaginaria a quienes se permiten analizar los intereses que mueven estos supuestos desvelos humanitarios.
Pretendiendo analizar los hechos, no sólo las palabras que con frecuencia los encubren, creemos necesario promover el debate que ayude a esclarecer sobre un tema complejo que requiere, como todos, del aporte colectivo para su comprensión. Antes de esto, entendemos de honestidad política plantear algunos elementos que hacen a nuestro marco conceptual. En principio entendemos que estudiar el tema desde la mirada de la salud no lo recorta, sino que tiene en cuenta todos los componentes que hacen al desarrollo de una vida digna. Partimos de la comprobación científica de que los determinantes de la salud se encuentran en las estructuras sociales, en las formas de producción, distribución y consumo o en otros términos que la vida en salud depende en última instancia de la clase social de pertenencia.
Considerar la salud un derecho humano fundamental implica asegurar con equidad el acceso a otros derechos fundamentales, el derecho a ser gestado, nacer y desarrollarse en entornos saludables que aseguren la libertad, y la educación para la libertad, la alimentación y vivienda adecuada, el trabajo digno, la recreación, el acceso al transporte y comunicaciones, la atención médica y todos aquellos elementos que hacen a la calidad de vida y a la adopción de estilos de vida y hábitos saludables. Mantenemos la concepción integral de las personas viviendo en sociedad, y la necesidad de instalar políticas integrales frente a la parcialidad de políticas focalizadas, sin negar su necesidad en algunas circunstancias críticas. Incluso aquellas políticas dirigidas a la primera infancia, infancia y adolescencia implican un recorte de la realidad que tiene un techo en sus logros dado su tendencia a resolver la emergencia y no atender a las causas del fenómeno. Y no se resuelve tratando el niño en forma interdisciplinaria o interinstitucional sino también y necesariamente abordándolo en el contexto familiar y social donde vive.
Desde este marco, nos permitimos juzgar las políticas desarrolladas por la coalición de gobierno, en particular las políticas de salud y las que afectan más directamente a niñas y niños, aunque todas los afectan, considerándolas un antecedente a la hora de evaluar la posibilidad de desarrollar Políticas de Estado
A) Mintieron en sus promesas de campaña. Optaron por priorizar en forma explícita a los ricos reconociendo las diferencias entre la malla oro y las mayorías que van en el pelotón o aún más atrás donde hay niños y adolescentes que corren sin bicicletas y muchos sin zapatos.
La coalición de derecha y en particular el Neoherrerismo y el Presidente de la República son responsables de implementar un modelo económico de concentración del capital y que profundizó y extendió la brecha de pobreza. Un niño es pobre porque sus padres, sus hermanos, sus abuelos y su entorno son pobres Las clases más poderosas se apoderaron de los beneficios del crecimiento económico del país. y no hubo ni una gota del esperado derrame. Aumentó el índice Gini y la pobreza de la población, aún más la pobreza infantil y de adolescentes y como consecuencia la mortalidad infantil.
B) Redujeron los recursos de la educación pública a donde concurren la mayoría de nuestras niñas, niños y adolescentes, hipotecando su futuro.
C) Con conductas oscuras han permitido por acción y por omisión la profundización del poder de los narcos que involucran a adolescentes en el sicariato y que hieren y matan a niñas, niños y adolescentes. Y esto sin contar la profundidad del daño social que implica niños viviendo en hogares violentos, en ambientes delictivos, en cárceles.
D) Se escatimaron recursos a los hospitales donde nacen la mayoría de niñas y niños del país. Somos testigos del escándalo de ASSE, de donde son usuarios la mayoría de las niñas, niños y adolescentes, y que se transformó desde el pretendido buque insignia del SNIS en un organismo pésimamente gestionado, siempre envuelto en denuncias de corrupción.
E) Modificaron irresponsablemente los valores del etiquetado frontal en favor de las empresas y en contra de la salud de toda la población, pero donde los niños son los más afectados. Porque no solo son responsables de niñas y niños que no comen, sino también de los que comen demasiados alimentos tóxicos.
F) Los parlamentarios de la coalición de derecha no acompañaron las iniciativas del MSP para prevenir la adicción precoz al tabaco impidiendo grabar con impuestos a los sucedáneos del tabaco (cigarrillos electrónicos, tabaco calentado) a los que el mismo gobierno habilitó la entrada al mercado. Tampoco aceptaron prohibir la venta de cigarrillos adicionados con ingredientes de gustos agradables que disminuyen el efecto irritante del tabaco, a sabiendas de que este invento criminal está dirigido a promover que fumen niños y adolescentes disminuyendo en forma engañosa la percepción de riesgo. O acaso proponen que los niños deben hacer uso de su “libertad responsable” para cuidar su salud.
G) No olvidamos la actitud negligente durante la pandemia disfrazada con mentiras, apelando a la falta de información. El hecho de que las niñas y los niños padecieran menos la enfermedad no evitó que los afectara y a que el país haya llegado a los porcentajes de muertes más altos del mundo y la disposición de recursos más bajos para asegurar el bienestar de la población mientras mantuvieron en plena pandemia la política de ajustes.
H) No se hicieron ni se hacen cargo de las alertas gravísimas sobre la inseguridad alimentaria de la población y trasladaron a la sociedad civil la responsabilidad de nutrir a ciudadanos en ollas populares y merenderos, que siguen cubriendo las necesidades de miles de uruguayos. Y los niños son quienes están más afectados
I) A sabiendas que la droga de mayor consumo en el país es el alcohol y de su vínculo con los accidentes de tránsito, donde mueren también niños y adolescentes. se intentaron aumentar los valores de alcohol en sangre para manejar. Tuvimos que ver el inusitado y penoso espectáculo de actores del Gobierno que deberían ser ejemplo de niñas, niños y adolescentes relativizando los riesgos del exceso de velocidad en contra del conocimiento científico y generando incertidumbre en la población. Difícil olvidar que un político con la investidura de senador y pensamiento terraplanista plantee que no cumple e instigue a no cumplir con los reglamentos de control en el exceso de velocidad
En el mismo sentido se puede valorar la triste exhibición del Presidente circulando en moto sin las medidas de seguridad correspondientes.
J) Declaran su amor por los niños, pero con fecha de caducidad. Y pasan por considerarlos peligrosos cada vez más chiquitos proponiendo leyes para encerrarlos, disciplinarlos y castigarlos. Mientras se instala la cultura del desprecio a los padres que no entran en el modelo de los emprendedores y son perdedores contumaces en el mundo del mercado y del consumo.
K) Y por si no son suficientes ejemplo estas y otras políticas nacionales, rompiendo con una tradición democrática y pacífica de nuestro país, se posicionan entre la indiferencia o el apoyo frente al odio de quienes se proponen exterminar a un pueblo matando a sus niños. Uruguay formó parte de la minoría de países lacayos de EEUU que se negaron a impulsar el alto al fuego en Gaza donde dos tercios de las muertes son niños.
¿Con estos hechos en nuestra memoria volvemos a los interrogantes iniciales y nos preguntamos si es posible elaborar políticas públicas y estrategias con la coalición de derecha para mejorar la situación de la primaria infancia, infancia y adolescencia que trasciendan el gobierno y sean consideradas verdaderas políticas de Estado?
¿Es posible resolver las necesidades de niñas, niños y adolescentes sin cubrir las necesidades de sus padres, hermanos, abuelos, su entorno todo? ¿es bueno promover la atención de los problemas de infancia y adolescencia a través de políticas que atiendan el entorno familiar y social o apuntar a desagregar la sociedad desde una mirada parcial sin reconocer los intereses existentes detrás de cada política?
Tenemos claro que una política de Estado para niñas y niños implicaría un gran acuerdo para dignificar la vida de toda la población.
No compartimos las propuestas que convocan a un acuerdo social por encima de intereses de clase. No reconocer que aspiramos a modelos de sociedad diferentes niega la necesidad de organizarnos para defender los intereses de la clase trabajadora y de los niños que son sus hijos.
Si pensamos que las niñas y niños y todos necesitamos medidas urgentes que contribuyan a la vida digna. Y pensando en ellas yellos y el futuro se requieren medidas audaces que no se pueden limitar a subir las asignaciones familiares o hacer alguna transferencia económica para mover el indicador de pobreza y seguir rivalizando por quien lo baja mas sin que los destinatarios ni se enteren porque todo sigue más o menos igual. Menos aún creemos que se resuelve el problema gestionando mejor los escasos recursos existentes.
Se requieren propuestas audaces y medidas urgentes para asegurar el bienestar a los niños y sus familias que le aseguren educación, vivienda, salud, recreación, alimentación de calidad, medio ambiente físico y social saludable y todas las condiciones necesarias para integrarse activamente a la sociedad.
¿Y que eso requiere muchos recursos? No hay duda. Y que requiere el desarrollo del país, tampoco. Pero también con o sin desarrollo es necesario implementar medidas redistributivas que afecten a sectores privilegiados que se han apropiado y se apropian de una proporción de bienes y servicios muy por sobre la media de una distribución equitativa. Única garantía de llegar a una sociedad democrática y pacífica en la que todos ansiamos vivir. Así que nosotros en lo nuestro, sin escuchar los cantos de sirena, seguimos sin distraernos por el camino de fortalecer la organización política y la participación social que es lo que nos garantizara el bienestar de toda la población incluyendo a niñas, niños y adolescentes.