Situación de Perú

Escribe Secretaría de Relaciones Internacionales del PS

Las protestas tienen muy preocupada no solamente a la burguesía, sino también al imperialismo que está detrás de toda esta maniobra.

El Congreso golpista aprueba en primera instancia elecciones para abril del 2024. Esta es una extraordinaria maniobra para frenar o bajarle la intensidad a las protestas, está planteado un gran fraude electoral, si estas elecciones se consumaran. Y ahora al ver que no tuvieron resultados con dicha táctica vuelven hablar de otras fechas.

El planteo y la demanda popular no es solamente la libertad de Castillo, sino también la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Quien generó una brutal presión para las elecciones anticipadas fue el secretario de Estado Antony Blinken, habló con todos los actores políticos de derecha recomendando como objetivo central “salvaguardar la estabilidad democrática del país”. Está claro que se trata de garantizar una salida “institucional” en forma urgente para frenar el brutal impulso impuesto por las masas en las movilizaciones, que no pueden controlar ni a base de una brutal represión y muerte.

Las movilizaciones se suceden en varias zonas del país donde increíblemente las más combativas son las tierras pisadas por Tupac Amaru en su lucha anticolonialista, pareciese que la historia lo quisiera de esta forma y en esa misma geografía.

En una nueva maniobra es que Boluarte plantea que no está cerrado ningún debate sobre la posibilidad de una asamblea Constituyente. Ello es la última maniobra planteada para lograr desmovilizar a la gente y darle estabilidad al gobierno golpista.

Se debe de tener claro que lamentablemente la central obrera Peruana, luego de una reunión con la presidenta declararon que la veían con el mejor ánimo de abrir un diálogo. La gente en las calles no obedece a los organismos tradicionales del movimiento popular, por considerarlos colaboracionistas. En realidad, la dirección de las movilizaciones las vienen llevando las llamadas coordinadoras multisectoriales que nuclean fundamentalmente nuevos movimientos urbanos, campesinos e indígenas aymaras. También es bueno decir que la Dirección política del movimiento de masas es confusa, pero no por ello deja de haber demostrado una combatividad impresionante, aunque con ello solo no basta. Uno de los grandes desafíos es que las movilizaciones se extiendan por otras zonas del país incluida Lima por supuesto.

Las resoluciones del Plenario de los llamados frentes de defensa reunidos el 28 de diciembre realizado en Arequipa se plantearon el reinicio del paro para el 4 de enero, , renuncia de la presidenta golpista y exige además el adelanto de las elecciones para el 2023 no para el 2024 como se pretende, cierre del Congreso golpista asamblea constituyente y libertad de Castillo y todos los presos por luchar.

Los frentes de defensa fueron históricas articulaciones gestadas en los años 70 generadas en las grandes luchas de la llamada ciudad popular autogestionaria de Villa El Salvador, de Perú.

Se suman ya en decenas los muertos en menos de un mes, decenas de heridos, detenidos y desaparecidos. No debemos de olvidar que detrás de la presidenta se encuentra el presidente de la Unicameral , general retirado, excomandante del Ejército y represor de la dictadura de Fujimori, José Wiliams Zapata.

En Perú entonces se consumó un golpe de Estado impulsado por el imperialismo y la OEA que han constituido un gobierno cívico –militar represivo salvajemente contra el pueblo. No puede caber ni un atisbo de dudas al respecto.

Dina Boularte al igual que el Congreso derechista no tiene ningún tipo de apoyo popular, las encuestas han dado que solo el 15 % de los sectores populares la apoyarían. Su fuerza se apoya en el Ejército represor, sin ello caería inmediatamente.

Los golpistas al ver la beligerancia de las masas que a pesar de la brutal represión siguen en lucha, son capaces de abrir algo así como un supuesto diálogo, pero será solo una emboscada para engañar nuevamente al pueblo detrás de la ilusión de la institucionalidad democrática.

Se abrió una segunda vuelta de las movilizaciones en toda la llamada Macro región del Sur, el nuevo Aymarazo ha vuelto a expresar su carácter insurreccional que hace temblar a la burguesía nativa. La derecha desesperada y apoyándose en las clases medias fundamentalmente, convocaron a una movilización en Lima “por la paz”, se sabe que la misma fue instrumentada por la policía nacional del Perú y apenas sumaron 10,000 personas con todo el aparato propagandístico a su favor.

Latinoamérica y varios de sus países están en un cruce de caminos importante, por un lado vuelven a tomarse rebeliones de masas al igual que con anterioridad a la pandemia en varios países producto de políticas de ajustes insoportables para los pueblos y por otro también se demuestra un avance de la derecha fascistizante que además es beligerante y con pretensiones de movilizar a contingentes importantes.

En el Perú a partir del levantamiento en Juliaca y la brutal represión desatada contra el mismo, se rompió la posible instancia de diálogo de un pseudo acuerdo nacional con el gobierno.

Esto es producto de que la movilización logra cada día más adhesión. Y de esa forma rompe cualquier dique de contención que le quieran poner.

No hay regimentación posible a la lucha que siguen llevando adelante las masas en Perú. Los reclamos constitucionales de freno contra el alza de las movilizaciones no logran el objetivo de que cesen el aumento no solamente de la gente que ya demostró sobradamente su disposición a la lucha, sino de la empatía general que hasta el momento logran las masas en lucha, con el conjunto del pueblo.

Se suman a diario los llamados Comités de lucha tanto en zonas urbanas como rurales del Perú y nada se mueve si el Comité de huelga así lo pide.

Boluarte sigue manifestando que son un grupo de radicales que nadie conoce los que están armando la “desestabilización del país”, cuestión que ya nadie cree, frente a la enorme masividad de las distintas movilizaciones.

El estado de sitio decretado por el gobierno, no tiene ninguna consecuencia real en lo que respecta a poder frenar las luchas en curso. Y como si esto fuera poco, se están sumando al descontento los sectores de las regiones más conservadoras del país como lo son las del norte.

Los intentos de los sectores más reaccionarios del poder que piden más dureza en la represión, no cuenta con mayorías, porque esto podría generar ya una guerra civil abierta en el país.

La soledad de la Presidenta parece aumentar a diario, colegios de profesionales, e inclusive algunos gobernadores regionales se han sumado al planteo de renuncia de Dina Boularte.

Es más, la maniobra de algunos sectores de derecha podrían llegar a destituir en el parlamento a la propia Boularte, ello a los efectos de lograr tirarle sobre sus hombros todo el peso de la responsabilidad sobre la represión desatada, tratando de dejar por fuera al Congreso, al poder judicial y a las fuerzas represoras todos responsables de la masacre represiva.

La preocupación de la burguesía y el propio imperialismo yankee está llevando a que distintos operadores del establishment, pidan moderación ahora. Por ejemplo el Partido Morado está pidiendo una tregua. O el propio Joe Biden que ahora está planteando “moderación en el Perú… apoyamos el compromiso del gobierno peruano en investigar todas las muertes y garantizar que sus fuerzas de seguridad respeten la ley y el orden, de acuerdo con los derechos humanos y la legislación peruana” . Es decir, perfectamente pueden estar planteándose realmente que la presidenta pague todos los cargos por la represión, pensando que ello puede calmar la movilización de las masas.

Ningún analista se anima a dar un pronóstico sobre lo que podría pasar en Perú, porque cada vez es más evidente que ya la gente no cree en salidas que puedan venir junto al verbo “dialogar”. Creer en el llamado a elecciones que salgan de la boca de un gobierno golpista y reaccionario ya no parece creerlo nadie en Perú.

La Central obrera peruana que se había mostrado renuente a las movilizaciones en un comienzo, frente a los brutales asesinatos han roto cualquier posibilidad de diálogo con el gobierno como pretendían llevar adelante. Esto puede permitir ampliar el marco de alianzas indispensable en una situación como la que se está viviendo en el país.

El planteo de Asamblea Constituyente suena cada vez con más fuerza y ello sí que preocupa a los sectores más reaccionarios de la burguesía nativa.