Escribe: Nicolás Wirgman | Militante del Frente Diverso y Disidente JSU
El pasado 10 de abril se cumplió la primera década desde la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario en nuestro país. Fue en el marco del segundo gobierno frenteamplista el cual recogió el impulso de largas décadas de luchas del movimiento popular y las organizaciones sociales que se materializó lo que se conoció como la Agenda de Derechos. En aquel histórico 2013 se concretó uno de los avances legislativos más significativos para la comunidad LGBT, siendo Uruguay el segundo país de Latinoamérica y duodécimo a nivel mundial en reconocer este derecho. Esta ley vanguardista vino a superar lo que antes estaba regido por el Código Civil de 1868, significando el reconocimiento y ampliación de este derecho.
La ley fue aprobada con 71 votos en 92, perteneciendo estos a la totalidad de la bancada frenteamplista, que contaba con mayoría parlamentaria y el apoyo de algunos legisladores de la oposición. Sin duda que los principales detractores de esta ley fueron los legisladores del Herrerismo como expresión de la derecha conservadora en el parlamento, entre ellos el actual Presidente Luis Lacalle Pou por entender que era un ‘avance en contra del concepto de familia’. Este argumento fue el mismo que utilizaron todos los legisladores de la oposición, a excepción de Julio María Sanguinetti, para no votar en 2007 el artículo dos del proyecto de Ley de Unión Concubinaria, el cual extendía los derechos consagrados en dicha ley a las uniones de personas del mismo sexo.
En este racconto no podemos dejar de mencionar el rol fundamental del Colectivo Ovejas Negras quien durante décadas realizó tareas informativas y de sensibilización, así como también propició los debates públicos y parlamentarios en torno al matrimonio igualitario como un derecho humano. Asimismo, la redacción del primer proyecto de ley que ingresó al parlamento fue de la abogada Michelle Suarez, activista trans perteneciente al Colectivo.
Esta ley significó avances no solo en el sentido de amparar a un montón de familias que estaban desprotegidas sino que también trajo consigo por ejemplo la prohibición del matrimonio de menores de 16 años de edad, la erradicación de las distinciones de género entre les cónyuges en el Código Civil y por consiguiente se extiende el derecho al divorcio por sola voluntad a toda las personas.
La Juventud Socialista del Uruguay históricamente ha acompañado desde diversos lugares y formas las luchas del colectivo LGBT en nuestro país, desde la inserción y coordinación con los movimientos sociales hasta la producción académica en relación a la defensa de los derechos humanos, siendo una de nuestras principales banderas y reivindicaciones. Actualmente y desde 2019 existe un espacio de abordaje temático que trabaja en torno a los temas de la diversidad sexual y de género en nuestra estructura, el Frente Diverso y Disidente, espacio de encuentro de la militancia queer socialista desde el cual se trabajan temas de interés nacional e internacional en espacios de coordinación regional y global.
La lucha por avanzar a una sociedad más justa, donde la dignidad sea el pilar central, nos lleva a la necesidad de unir fuerzas y encontrarnos en diversos frentes emancipadores, donde los aportes desde el socialismo deben ser centrales en pos de una transformación radical de nuestra sociedad.