Homenaje a Mariano

Escribe Federico Silva 

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

Elegía escribió Miguel Hernández y musicalizó Serrat quien fuera amigo de Mariano. Difícil escribir tan brevemente de alguien que tuvo una vida tan larga, tan intensa, tan generosa.

Me tome unos días desde que emprendiera su viaje. Leí cosas muy sentidas escritas sobre nuestro querido compañero. Siento pudor en compartir estas líneas, pero lo hago pensando en que tal vez no soy el único y que otras compañeras y otros compañeros tal vez, se vean reflejadas/os en ellas.

Me tocó compartir con Mariano el periodo más largo en la Junta Departamental de Montevideo que -por el destino- y por la triste pandemia, fue de seis años y algo. Durante el periodo 2015 y 2021, emprendimos junto a muchas valiosas compañeras un proyecto que había estado relegado por distintas cuestiones azarosas, administrativas y de decisión presupuestal. Durante el año 2017 en la presidencia de nuestra cra. Delia Rodríguez, nació el proyecto de la biblioteca Artigas, y como si caprichosamente se le quisiera dar escala humana, el día que nos presentara dicho proyecto, la arquitecta de la junta, dio a luz a Alfonsina, testigo inexorable del tiempo. Mariano nos acompañó en todas las instancias en las cuales este proyecto se encontró con “barreras”, y supo con su opinión arrojar luz para transitar salidas y sortearlas.

Como todos han dicho, su capacidad de admirar la belleza, desde la más simple a la más compleja, fue viendo como el proyecto fue avanzando y encontrando en los hallazgos arqueológicos que aparecieron,  una oportunidad de reivindicar lo que tanto había defendido, la memoria, la historia, lo patrimonial. La obra mas tarde que pronto terminó, y Mariano pudo verla y opinar de lo hermosa que había quedado. La recurrente broma que le hacíamos “mirá que diste vuelta para ser lo que querías ser…Edil”, parecía que  caprichosamente se transformaba en algo planificado, como un guión: supo estar ahí en el momento en que este complejo proceso lo necesito. Hoy disfrutamos de esta hermosa obra y disfrutaremos más la puesta en valor de lo que desenterramos sin buscarlo, esa memoria por la que había luchado desde lo patrimonial. Y mas importante, desde esa escala humana, en la que como cada 20 de mayo lo teníamos en silencio, con su gesto de indignación por la injusticia, su seño fruncido, aun así sin descuidar lo que sentía por los demás, un gesto enojado y tierno, que sabía administrar con pasión y solidaridad, terco pero  respetando los procesos colectivos.

En la previa a su homenaje en el Solís, fui a su casa, el estaba nervioso y confundido, estudiando viejas carpetas que traían a su memoria la interminable cantidad de cosas que hizo en sus dos intendencias…le preguntamos: “¿por qué estás leyendo eso?” “¡Y mirá si me preguntan algo de ese periodo! ¡No me acuerdo de todo!” Exclamó moviendo las manos.

Un tipo de un humor entrañable, inteligente, siempre optimista, aún en los nervios el día de su merecido -enlentecido en el tiempo- homenaje, en el que fuera su querido Teatro Solís, tan hermoso como lleno de compañeras y compañeros. Ese día lo vimos tenso al principio, pero feliz una vez que ingresó al teatro, como un niño en su cumpleaños.

Una vez en su despacho recibió una llamada al teléfono fijo, se puso a hablar en perfecto y fluido francés, de una, sin preparar nada…había recibido una llamada de un prestigioso periódico francés para una entrevista, no pidió que nos fuéramos, solo comenzó a hablar con esa pasión que lo caracterizó.

En sus intervenciones se iba por las ramas y nos hacía un relato que iba de lo mas inmenso a los mas pequeño, siempre tras el prisma de la admiración por la belleza, parecía que se iba a perder, pero nos paseaba por el mundo y nos traía al momento mas impensado de vuelta al guión que no estaba escrito mas que en su cabeza. 

No queda más que decir gracias por tanta ternura, inteligencia dialéctica, en la que nos hacia olvidar por momentos de que era un gran Arquitecto, respetado en todo el mundo, y nos convencía que no era mas que alguien que se había dado cuenta que allí, en cualquier lado, había belleza. En su caso no podemos hablar de lo que “pudo haber sido” porque ocupo todos los lugares y brillo. Gracias por esos momentos compañero: 

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero