53 años de frenteamplismo
Escribe Gonzalo Civila | Secretario General
“Árbol sin raíces no aguanta parado ningún temporal” cantan Larbanois y Carrero en su célebre “Santamarta”. Y sabemos lo que esos versos quieren significar respecto de las vicisitudes humanas.
También sabemos que en el mundo de lo humano, que en la experiencia personal y comunitaria, las raíces importan mucho pero no lo son todo porque sin movimientos osados no hay libertad ni plenitud de vida. Para seguir en el campo de las metáforas de uso: vivimos tanto por las raíces como por las alas.
Hace 53 años, como parte de un proceso trabajoso de unidad del pueblo, se firmaba la declaración constitutiva del Frente Amplio, herramienta fundamental para las luchas populares en Uruguay.
Este párrafo de aquella declaración constitutiva, referido a las bases programáticas de la unidad, nos habla de raíces y de alas:
“Expresamos nuestro hondo convencimiento de que la construcción de una sociedad justa, con sentido nacional y progresista, liberada de la tutela imperial, es imposible en los esquemas de un régimen dominado por el gran capital. La ruptura con este sistema es una condición ineludible de un proceso de cambio de sus caducas estructuras y de conquista de la efectiva independencia de la nación. Ello exigirá, a su tiempo, la modificación del ordenamiento jurídico – institucional, a efectos de facilitar las imprescindibles transformaciones que procura.
Concebimos este esfuerzo nacional como parte de la lucha por la liberación y desarrollo de los pueblos del Tercer Mundo en general, de la cual somos solidarios, y en particular, de la que tiene por escenario a nuestra América Latina, en donde, como hace mas de un siglo y medio, la insurgencia de sus pueblos, habrá de desembocar en la conquista de la segunda y definitiva emancipación.”
El Frente es comunidad política, identidad y pertenencia, memoria e historia, es una cultura arraigada en el Uruguay a la que llamamos frenteamplismo.
El Frente es y debe ser también proyecto, futuro, diversidad y lucha ideológica, herramienta viva, libre y liberadora, para la transformación social.
Nuestro Partido Socialista, luego de intentar otras experiencias frentistas, fue fundador de esta fuerza política, tan admirada por nosotros como en el mundo entero. Nos cuentan los veteranos que en el Congreso socialista que definió seguir ese camino surgió una consigna: “Al Frente Amplio, ¡sin tregua y con lucha!”
Desde aquel entonces el Frente arraigó en la sociedad uruguaya y sus raíces son tan firmes que pudo y podrá aguantar unos cuantos temporales. El arraigo en el pueblo es un dato innegable e importantísimo pero debe combinarse siempre con una actitud de debate fermental y lucha, como la que pretendían los socialistas de la generación fundadora.
Hoy como ayer nos sigue conmoviendo y movilizando la injusticia, hoy como ayer sabemos que entre los objetivos coyunturales del programa frenteamplista y el horizonte socialista no hay muros infranqueables, porque sigue siendo imposible la construcción de una sociedad justa en un régimen dominado por el gran capital. Transformar estructuras y relaciones de poder, al modo que nos es propio y desde la sociedad misma, es afirmar las raíces y desplegar las alas.
A 53 años de aquel hito fundacional, las y los socialistas decimos: vamos al Frente con audacia, vamos por lo que es justo y parece imposible, vamos por la participación protagónica y colectiva de la gente.