Florencia, contanos un poco de vos y tu vínculo con la militancia.
Soy militante frenteamplista y feminista. Nací en Carmelo en 1995 y me formé políticamente en los comités de base del Frente Amplio, un espacio que me enseñó que la política se hace desde abajo, con la gente. Llegué a Montevideo en 2014 para estudiar en la Udelar y me recibí de socióloga. Comencé a militar en el comité “28 de Noviembre Compañero Luis Scarpa”, en pleno Municipio B y ahí confirmé que la construcción colectiva, el diálogo horizontal y la participación barrial son herramientas necesarias para transformar la realidad.
¿Cómo ves hoy la participación ciudadana y la descentralización, y qué importancia le das en tu propuesta?
El Frente Amplio ha sido pionero en impulsar la descentralización como forma de democratizar la ciudad. El Documento 6 de nuestras bases programáticas de 1989 lo dice claramente: es en el territorio donde se construyen ciudadanía y democracia real. Si bien se han logrado avances, queda mucho por profundizar y actualizar. Hoy las formas tradicionales de participación necesitan dialogar con las lógicas actuales, con los nuevos modos en que las personas se organizan, militan y se expresan en lo público.
Queremos fortalecer los espacios ya existentes, como los Concejos Vecinales, pero también ampliar y empoderar a las organizaciones sociales que construyen cotidianamente en el territorio. Las ollas, los colectivos feministas, las organizaciones migrantes, las redes de cuidado y tantas experiencias de autogestión barrial tienen mucho para aportar, y deben ser protagonistas en la toma de decisiones del municipio. Porque nadie mejor que los vecinos y vecinas para saber qué necesita su barrio.
¿Qué balance hacés de las gestiones frenteamplistas en el Municipio B?
Muy positivo. Las gestiones de Carlos Varela y Silvana Pissano marcaron un rumbo. Silvana, en particular, dejó un Plan de Desarrollo Municipal construido en diálogo con más de mil vecinos en Diálogos Barriales, con una perspectiva ecofeminista, antirracista y popular. Se avanzó mucho en inclusión, memoria barrial, cultura popular, patrimonio, convivencia, y sobre todo, en poner a las personas en situación de mayor vulnerabilidad en el centro de la agenda. Hay programas de cuidados, fincas recuperadas, acciones culturales y proyectos ambientales que deben sostenerse y profundizarse. Ese legado es el piso desde donde queremos seguir construyendo.
¿Cuáles son las prioridades y compromisos que propone tu candidatura?
Nuestro plan está basado en la plataforma municipal del Frente Amplio, pero con un fuerte énfasis en algunos puntos que consideramos urgentes:
- Mapeo de accesibilidad urbana: para detectar dificultades en movilidad en las veredas, espacios públicos y servicios municipales, generando un plan de mejoras que garantice el derecho a la ciudad para todas y todos.
- Ampliar y profundizar el sistema de cuidados: fortaleciendo convenios, aumentando cupos para infancia y personas mayores, profesionalizando el trabajo de cuidados y territorializando las propuestas.
- Generar espacios de diálogo permanente en los barrios: concejo municipal en la calle, ferias, plazas, escuelas, para escuchar y construir colectivamente.
- Ampliar la red de baños públicos: porque tener baños accesibles y bien mantenidos en plazas, ferias y espacios públicos es una cuestión básica de dignidad e inclusión.
- Plan de recuperación de fincas abandonadas: con foco en el derecho a la vivienda, el cuidado del patrimonio y la recuperación urbana, destinándolas a cooperativas de vivienda, centros culturales o espacios comunitarios.
- Refuerzo del plan de limpieza municipal: mejorando la gestión de residuos, ampliando los puntos verdes y apostando a una ciudad limpia, inclusiva y sostenible.
¿Por qué pensás que el Frente Amplio debe seguir gobernando el Municipio B?
Porque ha demostrado, con hechos, que se puede gestionar poniendo a las personas en el centro, cuidando el patrimonio, promoviendo la cultura popular, apostando a la participación real y defendiendo los derechos colectivos. El Frente Amplio es un proyecto político que se construye desde lo popular, con vocación transformadora, democrática y social.
Frente a esto, la derecha ha hecho de los municipios herramientas para el caudillismo, el clientelismo y el vaciamiento de participación. No han gobernado el Municipio B, pero sí otras localidades, y los ejemplos sobran.
El Frente Amplio no es solo un partido electoral, es una fuerza política que construye todos los días, que abre sus comités, que milita, escucha y se organiza en los barrios. Queremos garantizar que el Municipio B siga siendo un espacio de convivencia, solidaridad, cultura, identidad, memoria y derechos.
¿Cómo vivís personalmente este desafío de ser candidata?
Con mucho orgullo, pero también con mucho compromiso. Soy militante de base, vengo de una familia frenteamplista y de una cultura política que me enseñó que nadie se salva solo. Esta candidatura busca construir colectivamente, para seguir mejorando los barrios donde vivimos. También sé que no es sencillo, sobre todo en tiempos donde los discursos se vacían, se lavan, se acomodan al marketing. Por eso para mí es un desafío político y ético hablar de feminismo, de clase, de antirracismo y de participación popular. Lo que propongo es construir desde esos valores, sin esconderlos, porque ahí está nuestra mayor fortaleza y la posibilidad de cambiar de verdad la vida de la gente.