Mensaje del Partido Socialista de Uruguay por el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores

Ante un nuevo 1° de mayo, Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, el Partido Socialista de Uruguay saluda a la Clase Trabajadora en su conjunto, reafirmando nuestro compromiso de ser una expresión política de los intereses de las trabajadoras y los trabajadores. Eso implica una vocación de ser ámbito de síntesis de todas las luchas populares, y expresar los intereses de una clase que es sin duda la más numerosa, también la que produce la riqueza y la que está en la primera línea en todos los temas cruciales de la vida del mundo y de nuestro país, produciendo bienes, servicios, conocimiento, generando relaciones de solidaridad, luchando. Expresar los intereses de la clase trabajadora, para nosotras y nosotros que somos un partido político de definición socialista, no es expresar un interés corporativo, es ser portadores -con mucha humildad y sin ánimo de exclusividad, predominio o vanguardismo- de un proyecto global de transformación social que surge de las entrañas mismas de la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del mundo, de su heroicidad anónima y cotidiana. 

El proyecto socialista, desde nuestra concepción, es un proyecto emancipador, de transformación radical y profunda, que busca superar las lógicas del sistema capitalista en las esferas de la producción, la distribución, el consumo, la política, en las matrices ideológicas, culturales y vinculares, para construir una sociedad nueva, donde el poder esté en manos de la propia sociedad, esté en manos de las trabajadoras y los trabajadores libremente asociados para producir y convivir. 

La sociedad sin clases, de personas iguales, libres y solidarias, es para nosotras y nosotros, una sociedad donde la vida digna está en el centro, donde la salud no está subordinada a la economía, donde el trabajo no es mercancía y nadie vive de la explotación del trabajo de otras y otros, donde se desarrolla la creatividad y la diversidad humana, donde cada una y cada uno aporta según su capacidad y recibe según su necesidad, donde no existe discriminación de ningún tipo, donde no se sacrifica la naturaleza en el altar del capital, donde se socializa el poder y la riqueza. Esto implica reivindicar valores de solidaridad, de libertad, de justicia, de fraternidad, de gratuidad, de pluralismo, de participación y protagonismo popular, de democratización profunda y total. Esto implica también, tejer lo nuevo desde abajo, construyendo una Democracia Sobre Nuevas Bases. Es decir, reconciliar la sociedad en un humanismo radical, donde nada vale más que la dignidad humana. 

Aprendimos a lo largo de la historia del movimiento obrero y socialista internacional, y de nuestro propio trayecto político, que no existe un mapa trazado para lograrlo, que el cambio no pasa por una receta, un acto o un camino lineal, que también somos parte de lo que tiene que ser transformado, porque las sociedades se transforman a sí mismas o no se transforman, que no hay vanguardias ni se trata de la toma del poder, sino de la construcción de poder alternativo y que esa construcción -que es un proceso, que es una acumulación que se da por aproximaciones sucesivas- tiene que efectuarse sin verticalismos y en el amplio marco del bloque popular alternativo, de las mayorías sociales. Asimismo, aprendimos a no enamorarnos de un Estado que también debe ser transformado y a pensar este proyecto en clave latinoamericana y nacional y popular, conscientes de que los procesos revolucionarios y la lucha de las y los trabajadores no son nunca “calco ni copia, sino creación heroica” y que los conflictos sociales están atravesados por múltiples dimensiones, conflictos y articulaciones. 

Hoy el mundo atraviesa una crisis civilizatoria muy profunda.  La crisis social y económica que transitamos, es una faceta o una expresión más de esta crisis más profunda, de larga duración, que es global, ecológica, estructural, cultural, de sentido de la vida y la convivencia. No podemos descontextualizar esta coyuntura de la crisis de un sistema, de unas relaciones, de un orden social que produce desigualdad, hambre e injusticia, que no prioriza la vida y la salud, que mata, que estigmatiza, que excluye, que se sostiene en relaciones patriarcales y racistas, asimétricas y violentas. En este contexto de crisis, se configura a nivel mundial un fuerte retroceso ideológico y una profundización del sistema capitalista y del proyecto político de las clases dominantes, con el avance de sectores de ultraderecha que arrasan con derechos y libertades. Empero, en nuestro país, se vislumbra nuevamente una esperanza desde el 1° de marzo con el acceso al gobierno del Frente Amplio, que pretende comenzar un nuevo ciclo de transformaciones en beneficio de las clases populares. Sin embargo, Uruguay no es ajeno al proceso de derechización que está acaeciendo a nivel mundial. Por lo tanto, consideramos imprescindible reafirmar nuestra identidad, respetando la independencia de acción, pero reconociéndonos en nuestra pertenencia a la Clase Trabajadora.

A todas y todos los trabajadores, ocupados o desocupados, que están sosteniendo ollas populares, iniciativas solidarias, a los que están solos, enfermos o en condiciones de precariedad, a las y los que viven con miedo e incertidumbre, a las y los estudiantes, las y los jubilados, las y los cooperativistas, organizaciones sociales y culturales, y todas y todos quienes luchas por las causas populares, les decimos que con ustedes está el corazón del Partido Socialista. Ahí estamos nosotras y nosotros, porque somos parte de esa construcción de trabajadoras y trabajadores manuales e intelectuales, del campo y de la ciudad. 

Y no podemos ver pasivamente cómo se divide a los trabajadores, cómo se contrapone trabajadores contra trabajadores, públicos contra privados, los del interior contra los del área metropolitana, los que ganan un poco más contra los que ganan un poco menos, mientras el capital que sojuzga, explota y oprime, el que acumula más que antes, no hace ninguna contribución especial. No podemos ver cómo en el mundo una minoría ínfima concentra cada vez más riqueza y más poder contra las mayorías desheredadas que además se enfrentan a estas circunstancias tan difíciles, muchas veces sin servicios básicos, sin coberturas esenciales. Reafirmamos en este sentido, nuestro compromiso por una seguridad social verdaderamente justa y solidaria. Nos pronunciamos en su momento con firmeza a favor de los cambios constitucionales que proponía la papeleta del SÍ. Continuamos considerando crucial reducir la edad jubilatoria, aumentar las jubilaciones y pensiones más sumergidas y eliminar el lucro de las AFAP para transformar la realidad de las y los jubilados de nuestro país.

Por otro lado, saludamos a las y los trabajadores de Vietnam, quienes 50 años atrás tomaron la ciudad de Saigón -hoy Ho Chi Minh-, irrumpieron en el Palacio Presidencial y derrotaron al ejército de Vietnam del Sur apoyado por el imperialismo norteamericano. Asimismo, saludamos al pueblo palestino que sigue actualmente luchando por la liberación nacional y contra las políticas de tintes genocidas ejecutadas por el Estado de Israel. No dejaremos de alzar nuestra voz por una Palestina libre.

Les invitamos a todas y todos a seguir construyendo un proyecto de transformación social profunda, ese proyecto emancipatorio que nos permita pasar del “reino de la necesidad al reino de la libertad”, ese proyecto liberador que solamente puede venir de las entrañas de la clase trabajadora y el pueblo, ese proyecto que es tan actual y tan necesario para superar la profunda crisis actual.  Y en este día tan importante para la clase trabajadora, reivindicamos la  vigencia de las organizaciones sindicales y su independencia de acción, como herramienta indispensable para la profundización de la democracia en el camino hacia una Democracia Sobre Nuevas Bases. 

Un enorme y fraterno abrazo en este Día Internacional de las trabajadoras y los trabajadores ¡Qué vivan los pobres del mundo, qué viva la clase trabajadora, que viva el socialismo como horizonte de emancipación humana!

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